sábado, 1 de mayo de 2010

Beethoven, Piano Concerto No. 5 in E flat Major Opus 73 , "Emperor"



"Nosotros, que estamos aquí, parados frente a la tumba del difunto, somos en algún sentido los representantes de una nación entera, de todo el pueblo Alemán, y estamos aquí para lamentar la pérdida de la altísima aclamada mitad de lo que nos queda del brillo perdido de nuestro arte nativo, del esplendor del espíritu de nuestra tierra natal. El héroe de la poesía en lengua alemana todavía vive, - y que viva mucho todavía… Pero el último maestro del sonido, la boca por la cual nos hablaba la música, el hombre que heredó e incrementó la inmortal fama de Händel y Bach, de Haydn y Mozart, ha cesado de vivir, y nosotros estamos aquí parados llorando, frente a las cuerdas rotas de un instrumento ahora silenciado."
Franz Grillparzer, Oración Fúnebre

Bethoveen

Beethoven nació en Bonn, en 1770, es decir, diecinueve años antes de que uno de los acontecimientos más importantes de la historia universal, la Revolución Francesa, tuviera lugar. Su vida, pues, transcurrió en un mundo en transición, entre el Antiguo Régimen y la contemporaneidad, y, en términos musicales, entre el clasicismo y el romanticismo. Los cambios profundos también afectaron, lógicamente, a la forma en la que vivió, ya que fue el primer músico que no se vio obligado a ponerse al servicio de un aristócrata o príncipe. Pudo, por el contrario, como ya había hecho Mozart, pero con más éxito, independizarse y no vivir como un vasallo.

A la edad de 17 años, Beethoven perdió a la única persona a la que había querido hasta entonces, su madre. Poco a poco, se fue alejando de su padre, alcohólico y sumido en una profunda depresión tras la muerte de su esposa. El joven Ludwig se ocupó de sus hermanos de los que se sintió responsable el resto de su vida.

Pronto partió a Viena donde en seguida triunfó. Allí, aparte de hacer muchas amistades, tuvo también varios enamoramientos, el más serio y duradero de todos con la Condesa Brunswick. Tal como si de una protagonista de Jane Austen se tratara, la Condesa tuvo que renunciar a su amor por la imposibilidad de romper las barreras sociales que los separaban, pero, a diferencia de las novelas, después de tres años de esperanza, llegó un final infeliz. Más adelante se descubriría una carta destinada a la “amada inmortal” cuya destinataria es, hasta el día de hoy, todo un misterio.

El año en que acababa el Congreso de Viena (1815), Beethoven perdía por completo la capacidad de oír. Desde entonces, la sordera, serios conflictos familiares, su mal carácter (es posible que fuera bipolar) y la incomprensión del público ante sus innovaciones musicales le harían sufrir casi constantemente.

Murió una noche de tormenta de 1827 en Viena, tras tres meses de enfermedad, pero, a diferencia de su admirado Mozart, rodeado de cariño y amigos.


Dominique PREVOT - Traducido al castellano por Cristina BARBIERI, Biografía de Ludwig von Beethoven
Ludwig van Beethoven. (2010, 27) de abril. Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 23:56, mayo 1, 2010

Sobre cómo llegué a Beethoven puedes leer: Regalos inolvidables

domingo, 3 de enero de 2010

Vivaldi, Concierto para Mandolina, Cuerda & Cembalo in Do mayor





Vivaldi

Vivaldi nació en Venecia y se fue a morir a Viena. Yo lo conocí unos años después que a Chopin y, durante mucho tiempo, hasta que Beethoven entró en mi vida, fueron mis dos compañías auditivas más fieles.

En su círculo musical, a Vivaldi lo llamaban “el cura rojo”, pero no por sus ideas políticas, sino porque tenía el pelo de ese color. Las malas lenguas también dicen que “el cura rojo” sólo escribió un concierto debido a que todos los que
compuso -477 según la Wikipedia, más de 500 según otras fuentes- se parecen mucho .

Su padre, que también fue músico, pero no cura, fue su primer maestro. A los 15 años, Dios le llamó a su servicio y él no supo decir que no. Ingresó en un seminario para ir escalando puestos en la jerarquía eclesiástica, aunque, alegando problemas de salud, no tuvo que celebrar misa por lo que pudo dedicarse en cuerpo y alma a su música.

Sin embargo, pese a los éxitos cosechados, su final fue triste. Murió pobre y olvidado. No fue hasta el siglo XX que el público, gracias a expertos y cantantes como Cecilia Bartoli, lo recuperaron.


Vivaldi, Wikipedia, La enciclopedia libre, 4 enero 2010